Demasiado buena.

Cualquiera que me conozca un poco más que los demás sabe que yo tengo una relación especial con la música. Soy esa persona que siempre, SIEMPRE, está enganchada a unos cascos, un disco o unos altavoces a todo lo que dan. Soy la pesada que siempre está pasando canciones a sus amigos, familia y todo el que me quiera escuchar, hasta que acaban por ignorarme. Soy esa a la que se le erizan los pelos de la nuca y le da un escalofrío cuando se identifica con una canción. Soy la que grita cuando su cantante favorito arranca con esa melodía que le toca la fibra. Soy la que tiene una lista de doscientas mil baladas para llorar y trescientas mil canciones cañeras para desgañitarme. Soy la amante del rock que escucha canciones de pop cuando son buenas.

Soy la que llora en todos los conciertos porque… Joder, qué buena es esa canción que habla de mí.

Funambulista

Así que hoy, dejadme que sólo comparta con vosotros una canción. Una canción que habla tan de mí que ha hecho que se me ericen los pelos de la nuca, que grite hasta desgañitarme y que llore como cuando mi cantante favorito habla de heridas del Rock and roll… Porque yo también he sido demasiado buena.

Ella suele caminar, mantiene el equilibrio sobre las aceras, restos de migas de azar riéndose de ella.

Orfidales y alquitrán a la hora de la cena, maquillando ojos tristes, noches de verbena.

Ella volvería a casa cada Nochebuena, a contar que fue su año y que valió la pena.

Que aquel hombre dijo que era demasiado buena, que también tuvo un amor pero murió de pena, que ahora vive sin dolor como le viene en venacualquier día de estos le publican la novela.

Métodos contra el rencor, resaca del alcohol, espuma en la bañera.

Libros de autodestrucción, un gato en la pecera.

Trucos para despertar otra mañana sola, fórmula que descifrar tatuada a una pistola.

Ella volvería a casa cada primavera, a inventar ramos de flores bajo su chistera.

Que aquel hombre dijo que era demasiado buena, que también tuvo un amor pero murió de pena, que ahora vive sin dolor como le viene en vena, cualquier día de estos…

Ella volvería a casa cada Nochebuena, a contar que fue su año y que valió la pena.

Que aquel hombre dijo que era demasiado buena, que también tuvo un amor pero murió de pena, que ahora vive sin dolor como le viene en vena, cualquier día de estos…

Que aquel hombre se marchó para cumplir condena, se juntó con un actor, le prometió una escena. Que ahora vive sin dolor como le viene en vena, cualquier día de estos le publican la novela…

 

 

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *