Terror a la página en blanco.

¡Buenos días a todos!

Hoy vengo a hablaros de algo que nos aterra a todos los escritores, seamos noveles o no: el terror a la página en blanco.

cara de miedo

En cuanto buscamos en google qué es exactamente eso del terror en la página en blanco nos encontramos con definiciones tales como «siente que su mente se pone en blanco y sus manos se quedan paralizadas sobre el teclado» (fuente). Siendo cierta, hoy quiero contaros cómo lo vivo yo, en primera persona.

Para poneros en contexto, debo explicaros que como bien explica mi compañero de editorial Jorge Cienfuegos en esta entrada de su blog, yo siempre he sido una escritora de brújula. Primero creo a mis personajes, con sus caracteres, manías y gustos, luego tengo una idea general del argumento, y luego los dejo que «fluyan». Su manera de actuar, a veces, no me deja llevarles por los derroteros que yo había pensado para ellos. Empiezan a crearse su propio camino, a tomar sus propias decisiones. Mientras todo eso pasa, y suele ser a medio capítulo, todo va fluyendo desde mi cabeza a mis dedos.

Pero, ¿qué pasa cuándo empiezo un nuevo capítulo o un nuevo proyecto?

Además de los típicos «¿será lo suficientemente interesante?», «¿soy buena?» o»¿le interesará a alguien?», la primera pregunta que pasa por mi cabeza en cuanto arranco es «¿y ahora, qué?». Es decir, ¿cómo salgo de la maraña en la que se han metido mis personajes sin preguntarme?. Normalmente se me ocurre X desarrollo pero, ¿es coherente con su manera de actuar?

Entonces, ¿cómo empiezo el siguiente capítulo con este caos que me ronda la cabeza? O lo que es lo mismo, ¿cómo hago yo para superar mi terror a la página en blanco?

Pues escribiendo. Esa es la única manera real que he encontrado: sentarme enfrente del documento del word y darle a la tecla. Muchas veces me he dado cuenta después de varias páginas de que no funciona y tengo que reescribirlo todo, es cierto, pero al menos las ideas empiezan a salir. Desechar esas dudas e insistir, ese es el truco. Escribiendo, deshaciendo y volviendo a escribir, al final todos los proyectos salen adelante.

Si no, que se lo pregunten a mis bragas. 😉

C.

 

 

 

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