«Solía pensar que el amor no es real, una ilusión que siempre se acaba. Y ahora sin ti no soy nada.»
No es porque me mate de amor ver cómo te duermes por la noche o la gracia que me hace tu exceso de energía de cada mañana. No es porque me encanten tus ojos, los más azules que he visto en mi vida. No es porque a veces me acaricies el pelo con más ternura de la que nunca transmitiríamos con palabras. No son tus besos, aunque podrían serlo.
Es porque tienes tu espacio, y sabes darme el mío. Te descubro cada día, los infinitos matices de las cosas que piensas, dices, o haces. Es porque te veo, libre y a la vez profundamente atado a mí. Eres a la vez orden y caos. Sabes perderte en la música y tus dedos rozando las teclas del piano y encontrarte entre mis brazos. Es porque contigo soy más libre de lo que he sido jamás. Es porque me potencias, porque contigo soy escritora de los pies a la cabeza. Porque puedo llorar viendo La milla verde sin tener que hacerme la dura. Porque soy más yo de lo que lo era estando sola.
Porque contigo no existen los miedos. Tú, que te empeñas en hacerme entender que has llegado para quedarte. Que la ansiedad de los desencuentros no es para nosotros. Tú, que me transmites la paz que no encontré en ningún otro sitio. Tú, que te has convertido en mi hogar. Porque eres mi faro. Porque eres mi luz incluso cuando no me doy cuenta de que se ha hecho de noche. Porque tus manos son mi punto de partida.
Te quiero.
