¡Adiós, 2016!

Otro año que se nos acaba, polluelos. A 2016 le quedan las migajas: En dos días estaremos comiendo las uvas como la Torroja. Bueno, como la Torroja no, porque yo en vez de «en la Puerta del Sol» estaré en «la plaza del ayuntamiento de Gijón», y en vez de «otra vez el champán» pues bajaré el Gaitero, que no tiene tanto glamour, pero que me gusta más. Y el caso es que ya os veo a todos on fire  con los propósitos de año nuevo. «El uno de enero dejo de fumar». «En 2017 adelgazo cinco kilos». «Este año me apunto al gimnasio».

No, si apuntar te puedes apuntar. Claro que sí, guapi.

2016, tú me has traído un libro, una nueva ciudad y has puesto a mis amigos más cerca de mí. 2017, tío… lo tienes chungo. 

Total, que yo paso de propósitos de año nuevo. Yo quiero empezar el año con mi chico, con mis amigos, con la familia. Quiero que 2017 sea tan bueno como este año que se acaba, en el que publiqué mi primer libro, me fui a vivir con mi chico y empecé a trabajar de verdad.  Quiero salir a cenar cuando me de la gana sin sentirme mal y hacer deporte cuando me apetezca. Apuntarme al gimnasio el día quince de algún mes comprendido entre ahora y 2023. Organizarme mejor. Tener más paciencia. Trabajar más. Controlar la ansiedad. Escribir mucho. Aprender a utilizar más la agenda. Actualizar el blog más a men. Bueno, tampoco abusemos, que luego no cumplimos nada.

Comer más jamón del bueno, y probar otras marcas de sidra. Ir a más fiestas de prao y no volver a pisar el carmín de la Pola porque una ya tiene una edad. Recordar que cada persona que me lee tiene un trocito de mí.

Dejar de sentirme culpable si me compro ropa. Hacerme millonaria -no sé muy bien cómo, pero esto son minucias que ya iré puliendo-, y cuando lo consiga, comprarme una casa cerca del mar con un buen vestidor. Y jubilarme.

Apagar el móvil cuando esté con mis amigos o mi pareja. Aprender a desconectar y prestar toda mi atención a la persona que tengo delante. Mirar más a los ojos. Abrazar más. Querer mucho y bien. Entender de una vez y para siempre que «ser muy sentía» me ayuda a comprender mejor los sentimientos que luego plasmo en papel. No avergonzarme si lloro viendo una peli.  Ver más a mi abuela, que es la última que me queda. Dejarme querer. Disfrutar del olor a mar. Dar paseos largos y capturar más pokèmon. Llorar menos, reír más, remolonear en la cama calentita mientras fuera hace frío. Celebrar cada día, sin que sea una fecha especial. Escuchar más música. Inspirarme con canciones nuevas. Recordar cada día cuánto quiero a toda la gente que me rodea, porque sin ellos la vida no tendría tanto sentido.

Disfrutar.

Reír.

Amar.

Escribir.

¡¡¡FELIZ AÑO NUEVO A TODOS!!!

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *